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¿También existe la rabia en gatos?
Gatos, murciélagos, hurones, zorros, ratones… prácticamente cualquier mamífero puede ser infectado por el virus de la rabia incluyendo a los humanos, por lo que la rabia no es exclusiva de los perros, aunque sí son el animal que más contagia al humano (95% de los casos) por la convivencia tan cercana y por su contacto con el mundo exterior, mientras que los mapaches son los mayores portadores.
La rabia es transmitida por medio de la saliva de un animal infectado por contacto con otro animal ya sea a través de una mordedura, rasguño o zona expuesta. Aunque en varios países la rabia está controlada, en otras regiones aún es un grave problema de salud pública. Es cierto que los gatos tienen menor riesgo de contraer rabia, pero si se llega a dar el caso de contagio (sobre todo si tu gato tiene la libertad de salir de casa), el resultado es el mismo: fallecimiento.
Importancia de la vacunación contra la rabia en gatos
Una vez que el animal ha sido infectado de rabia, indudablemente terminará por morir de un paro cardiorrespiratorio; en el caso de los gatos, una vez que el periodo de incubación se completa, estos suelen fallecer tras una evolución clínica de 3 a 4 días. Por tal motivo es que la vacunación contra la rabia resulta indispensable, ya que, con la adecuada aplicación inicial y sus futuros refuerzos, tu mascota puede librarse de contagios de forma efectiva. Los gatos responden mejor que los perros y más del 97% alcanzan títulos de anticuerpos.
Desde la temprana edad de 12 semanas de vida, los gatitos deberán ser vacunados contra la rabia y, dependiendo de la región, es que tendrán que aplicarse refuerzos en la mascota una vez al año aproximadamente. Es importante que mantengas al día el esquema de vacunación de tu gato indicado por el médico veterinario.
Síntomas de rabia en gatos
Aunque el resultado sea fatal, debes prestar mucha atención a los síntomas de la rabia, ya que, si tu mascota llega a infectarse, hay un alto riesgo de que ésta pueda contagiarte a ti, a un miembro de tu familia o a algún vecino con el que tenga contacto, ya sea persona o animal. Puedes detectar síntomas de rabia en tu gato en tres etapas progresivas:
- Al comienzo de la manifestación de la rabia, tu gato puede mostrarse más cansado de lo normal, presentar vómito y babear en exceso.
- En una segunda etapa, un repentino cambio de comportamiento debe considerarse sospechoso, y es aquí cuando el contagio hacia otros tiene mayor porcentaje de probabilidad. El 90% de los gatos con rabia manifiesta una forma furiosa de comportamiento.
- En una etapa final, el gato entra en parálisis presentando espasmos y posteriormente en coma hasta llegar a una conclusión fatal.
Por lo que, si tu gato presenta alguno de estos síntomas, la recomendación es mantenerlo aislado y llamar al servicio de control animal o, si cuentas con los medios e indicaciones debidas, no dudes en llevarlo a la clínica veterinaria tomando todo tipo de precauciones para evitar que te rasguñe, muerda o entres en contacto con su saliva.
En Purina creemos que cuando las personas y las mascotas se unen la vida es mejor, y más aún cuando los cuidados surgen desde ambas partes.
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